Te ofrecemos un escenario de una mezcla muy diversa en el diseño interior comenzando desde el Pavimento, tabiquería, iluminación y colmándolo con su mobiliario y accesorios que no te dejaran a nadie indiferente. Te mostraremos
Todos los rasgos generales década material y la expresividad que estos emiten cuando son observados.
La sensación acogedora e intima de la madera.
La frialdad que nos transmite el acero y hormigón, pero la efectividad donde lo pulcro es primordial a través del tiempo.
La rusticidad y pesadez de la piedra, su cualidad de permanencia e integradora del interior y al exterior u espacios contiguos, a través de la transparencia del vidrio.
El proceso de diseñar, suele implicar las siguientes fases:
1. Observar y analizar el medio en el cual se desenvuelve.
2. Evaluar, mediante la organización y prioridad de las necesidades identificadas.
3. Planear y proyectar proponiendo un modo de solucionar esta necesidad, por medio de planos y maquetas, tratando de descubrir la posibilidad y viabilidad de la(s) solución(es).
4. Construir y ejecutar llevando a la vida real la idea inicial, por medio de materiales y procesos productivos.
Estos tres actos, se van haciendo uno tras otro y a veces continuamente. Algunos teóricos del diseño no ven una jerarquización tan clara, ya que estos actos aparecen una y otra vez en el proceso de diseño.
Hoy por hoy y debido al mejoramiento del trabajo del diseñador (gracias a mejores procesos de producción y recursos informáticos), podemos destacar otro acto fundamental en el proceso:
Diseñar como acto cultural implica conocer criterios de diseño como presentación, producción, significación, socialización, costos, mercadeo, entre otros. Estos criterios son innumerables, pero son contables a medida que el encargo aparece y se define.
Según el pintor, fotógrafo y crítico de arte Moholy-Nagy (1895 – 1946), el diseño es la organización de materiales y procesos de la forma más productiva, en un sentido económico, con un equilibrado balance de todos los elementos necesarios para cumplir una función. No es una limpieza de la fachada, o una nueva apariencia externa; más bien es la esencia de productos e instituciones.
E.